El historiador y escritor Carlos Calderón, nos habla en su columna para el portal Mediotiempo acerca de la llegada del General José Manuel Nuñez al Atlante.
"¡Les guste o no les guste, les cuadre o no les cuadre, el Atlante es su padre y si no, ching….. a su madre!" A. Marquez (porrista), 1935.
Fuente: Mediotiempo.com
Fuente: Mediotiempo.com
Por Carlos Calderón.
Hacia 1933, el "equipo del pueblo" atraviesa por una situación económica crítica. El 7 de Diciembre de ese año se realiza una reunión a la que asisten más de quinientas personas que desean ayudar al equipo financiera y constitutivamente. El Atlante se convierte en Sociedad Deportiva, y se asignan comisiones de organización, propaganda y estatutos.
El equipo del llano que "a Nicho tiene por Capitán", necesita nuevos elementos, nueva vida, sangre joven. La Directiva lo entiende un poco tarde y en 1936, todavía en situación precaria, decide a través de su Presidente el Licenciado Salgado informar que el equipo se reestrucura, pero lo hace de una manera por demás extremista al correr a más de medio equipo, entre ellos las figuras ya decayentes, pero figuras al fín Dionisio Mejía "Nicho"; Juan Carreño el "Trompo" y Felipe Rosas el "Diente". En consecuencia, aficionados que estaban apoyando al equipo, retiran sus aportaciones, molestos por lo que ellos llaman "la desintegración del verdadero Atlante".
Un grupo de personas ligadas sentimentalmente al mismo, entre ellos el cronista González "Escopeta", asisten con el Coronel José Manuel Núñez, Jefe de Ayudantes de la Presidencia de la República, para pedirle que no dejara morir al Atlante. En una junta presidida por Núñez el 30 de Noviembre de 1936, se tomó el acuerdo de nombrar una nueva Directiva que dejaba por completo fuera de la jugada a Salgado y aceptaba de nueva cuenta a los jugadores desplazados "Nicho", "Nacha", "Chúndara", "Trompo" y "Diente". Carreño, en un arranque, con lágrimas en los ojos le dijo al Coronel Núñez: "Yo no estoy acabado Coronel. Todavía puedo jugar al futbol...".
En 1938, el ya General J. M. Núñez, tuvo a bien nombrar entre sus directivos al Ingeniero Guillermo Aguilar Álvarez, quien sin duda, por sus conocimientos sobre futbol y organización, le dio realce a la institución. Ese mismo año, cuatro de los mejores jugadores tapatíos fueron invitados al Atlante; dos pertenecían al Atlas, el "Pirracas" Castellanos y el "Pepino" García Solís; otro al Oro conocido como el "Cazuelas" Grajeda y el cuarto, que sin duda fue la mejor adquisición el "Peluche" Ramos, que jugaba en el Nacional.
Un año más tarde, el Atlante se había hecho de los servicios del tico Hutt y del español Fernando García, una verdadera joya en la media cancha. Contaba también con "Pipiolo" Estrada, quien fuera portero del glorioso Necaxa y con López Herranz, extremo de mucho peligro. Sin duda, el General Núñez había movido sus piezas y empezó a hacer del Atlante un gran equipo.
Para la siguiente temporada de la mano del fabuloso español Vantolrá y del excelente defensa internacional mexicano Carlos Laviada, el Atlante después de un ayuno de muchos años se coronaría nuevamente Campeón. De sus filas, surgía el "Caballo" Mendoza, quien sería el Campeón Goleador.
El entrenador del equipo Luis Grocs, fue pieza fundamental en el logro de esta hazaña y lo sería también cuatro años después. Grocs se retiró por motivos personales durante estos años y retornaría en 1945, cuando el cuadro se encontraba en los últimos lugares. Grocs lo llevó hasta el subcampeonato y al año siguiente en la Temporada 46-47, lo hizo nuevamente Campeón.
El Atlante, uno de los equipos más emblemáticos de la capital, era reconocido por su juego y por su corazón puesto en la cancha. El General Núñez, ante la insistencia de un político de Jalisco de que el equipo se fuera a Guadalajara, comentó que el Atlante era sin duda, el equipo más representativo de la Ciudad de México en donde permanecería toda la vida…
Hoy, 60 años más tarde, el Atlante no juega más en la capital. El General Núñez se ha de estar dando vueltas en su tumba. Su "Aclante" famoso, no jugará más en el Distrito Federal.
El equipo del llano que "a Nicho tiene por Capitán", necesita nuevos elementos, nueva vida, sangre joven. La Directiva lo entiende un poco tarde y en 1936, todavía en situación precaria, decide a través de su Presidente el Licenciado Salgado informar que el equipo se reestrucura, pero lo hace de una manera por demás extremista al correr a más de medio equipo, entre ellos las figuras ya decayentes, pero figuras al fín Dionisio Mejía "Nicho"; Juan Carreño el "Trompo" y Felipe Rosas el "Diente". En consecuencia, aficionados que estaban apoyando al equipo, retiran sus aportaciones, molestos por lo que ellos llaman "la desintegración del verdadero Atlante".
Un grupo de personas ligadas sentimentalmente al mismo, entre ellos el cronista González "Escopeta", asisten con el Coronel José Manuel Núñez, Jefe de Ayudantes de la Presidencia de la República, para pedirle que no dejara morir al Atlante. En una junta presidida por Núñez el 30 de Noviembre de 1936, se tomó el acuerdo de nombrar una nueva Directiva que dejaba por completo fuera de la jugada a Salgado y aceptaba de nueva cuenta a los jugadores desplazados "Nicho", "Nacha", "Chúndara", "Trompo" y "Diente". Carreño, en un arranque, con lágrimas en los ojos le dijo al Coronel Núñez: "Yo no estoy acabado Coronel. Todavía puedo jugar al futbol...".
En 1938, el ya General J. M. Núñez, tuvo a bien nombrar entre sus directivos al Ingeniero Guillermo Aguilar Álvarez, quien sin duda, por sus conocimientos sobre futbol y organización, le dio realce a la institución. Ese mismo año, cuatro de los mejores jugadores tapatíos fueron invitados al Atlante; dos pertenecían al Atlas, el "Pirracas" Castellanos y el "Pepino" García Solís; otro al Oro conocido como el "Cazuelas" Grajeda y el cuarto, que sin duda fue la mejor adquisición el "Peluche" Ramos, que jugaba en el Nacional.
Un año más tarde, el Atlante se había hecho de los servicios del tico Hutt y del español Fernando García, una verdadera joya en la media cancha. Contaba también con "Pipiolo" Estrada, quien fuera portero del glorioso Necaxa y con López Herranz, extremo de mucho peligro. Sin duda, el General Núñez había movido sus piezas y empezó a hacer del Atlante un gran equipo.
Para la siguiente temporada de la mano del fabuloso español Vantolrá y del excelente defensa internacional mexicano Carlos Laviada, el Atlante después de un ayuno de muchos años se coronaría nuevamente Campeón. De sus filas, surgía el "Caballo" Mendoza, quien sería el Campeón Goleador.
El entrenador del equipo Luis Grocs, fue pieza fundamental en el logro de esta hazaña y lo sería también cuatro años después. Grocs se retiró por motivos personales durante estos años y retornaría en 1945, cuando el cuadro se encontraba en los últimos lugares. Grocs lo llevó hasta el subcampeonato y al año siguiente en la Temporada 46-47, lo hizo nuevamente Campeón.
El Atlante, uno de los equipos más emblemáticos de la capital, era reconocido por su juego y por su corazón puesto en la cancha. El General Núñez, ante la insistencia de un político de Jalisco de que el equipo se fuera a Guadalajara, comentó que el Atlante era sin duda, el equipo más representativo de la Ciudad de México en donde permanecería toda la vida…
Hoy, 60 años más tarde, el Atlante no juega más en la capital. El General Núñez se ha de estar dando vueltas en su tumba. Su "Aclante" famoso, no jugará más en el Distrito Federal.
Lee la columna de Carlos Calderón en el sitio de Mediotiempo.
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